Antes de que miles de personas se formaran en la fila para darle un vistazo fugaz al cuerpo del papa Francisco y tener la oportunidad de presentar sus respetos, una anciana monja se paró frente al féretro del pontífice, y se despidió entre lágrimas de su viejo amigo.
Un video captó los últimos momentos de ternura que la hermana Geneviève Jeanningros compartió con el hombre del que fue confidente. Con una sencilla cofia azul sobre su cabello plateado, sor Geneviève se quedó sola y lloró, frotándose el rostro con la mano.
Sor Geneviève es integrante de una comunidad religiosa católica llamada Hermanitas de Jesús, y dijo que entabló amistad con el pontífice cuando era obispo de Buenos Aires.
En un video publicado por su orden, la hermana Geneviève dijo que había reprendido a la Iglesia en una carta por no enviar a clérigos de alto rango al funeral de su tía, una monja desaparecida en la década de 1970 durante la dictadura militar argentina que posteriormente fue hallada muerta. Dijo que Francisco, quien entonces era conocido como el cardenal Jorge Bergoglio, la había llamado esa misma noche en respuesta.
Hasta el año pasado, sor Geneviève había vivido en un recinto ferial de las afueras de Roma, en una casa rodante, al servicio de los desfavorecidos.
Eve Sampson es reportera y cubre noticias internacionales; forma parte de la generación 2024-25 de Times Fellowship, un programa para periodistas al principio de su carrera.
